miércoles, 23 de noviembre de 2011

Pagliacci Sonato

Caminó, caminó y caminó.
Cuando llegó al otro lado de la frontera ya no tenía color, ni siquiera blanco o negro. Solo le quedaban un par de zapatos viejos, aquellos que un niño manchó, por accidente, de helado de limón. No era él sino su mundo, no era un payaso luchando contra la melancolía, sino un país gris que se burlaba del otro lado, donde él reía. Es así como mueren los arlequines, en un cuadro de carboncillo, en una ventana sucia, en un camino descolorido. Adiós Sonato, una voz tenue dijo, mientras Pagliacci, sin despegar los ojos de sus grandes zapatos, se quedó parado en aquel día frío.
Abrió los ojos, el camino aún no había terminado. A pesar de la lluvia su rostro continuaba pintado. No le quedaba más que seguir caminando.

5 comentarios:

  1. Guau. Me encantan los cambios de perspectiva. Me queda la imagen como un cortometraje de medio minuto, con 3 zoom out impresionantes, que renuevan la historia. te pasaste vik van!

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  2. Gracias Sekas... espero que a otras personas tambien les guste como a ti!!!... :D

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  3. pufff.. de los mejores q te he leido..!!

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  4. pufff.. de los mejores q te he leido..!!

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  5. Wow, en verdad me gusta. Me gusta como juegas con los personajes y el cambio de perspectivas. Tal vez el final me resulta un poco hermético...

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